Dias de verano

Sigue avanzando  el verano zaragozano, alternando  días de  intenso calor con otros de cierzo agradecido que nos permite dormir. Mientras tanto en esa sensacion de medio parálisis que sufren las ciudades a partir del 15 de Julio, yo sigo mi ritmo de trabajo, en un estado que podría definir de calma activa.  Sigo trabajando en las maquetas de preprodución del disco y sigo con los conciertos del verano, que son tres,  pero con ganas ya de hacer un paréntesis, de alejarme del ruido, propio y ajeno, y practicar el egocentrismo bien entendido, ese que nos permite parar un poco, mirar hacia dentro, abrir las ventanas,  ventilar y limpiar los rincones,..... ¡orear el alma  vaya....!.   Primer paso, olvidarme del ordenador. Es evidente por lo escasos de mis post que muchos pensareis que no es que esté muy enganchada  a esta ventana del mundo, pero aun así, os aseguro que paso más horas asomada a ella que leyendo (por ejemplo) y aunque no voy a negar que leeros me resulta gratificante y muy divertido a veces, en estos momentos tengo pendientes unos cuantos libros,unos cuantos paseos, reflexiones y siestas que he decidido no posponer más... (por no hablar de varias canciones que terminar....) así que,  en agosto desapareceré por la sierra de Albarracín en un lugar donde los días tienen 36 horas, hay que dormir con manta y no tengo internet. Tumbada bajo un bosque interminable de pinos centenarios que se clavan contra el cielo os aseguro que  el silencio no es una metáfora. Es sentirte dueño del momento, sin  normas,  móvil  ni horarios.